jueves, 16 de junio de 2011

La leyenda del Mole Poblano


Cuenta una leyenda, que en una ocasión el Virrey de la Nueva España y arzobispo de Puebla, Juan de Palafox, visitó su diócesis, un convento poblano le ofreció un banquete, en el cual los cocineros de toda la comunidad religiosa en ese tiempo se esmeraron especialmente.  

Fray Pascual, era el cocinero principal, que ese día corría por toda la cocina dando órdenes ante la importante visita de la inminencia. Se dice que fray Pascual estaba nervioso, y que comenzó a reprender a sus ayudantes, en vista del desorden que imperaba en la cocina, algo no muy normal de ver en el fray. 

El mismo fray Pascual comenzó a guardar en una despensa amontonados en una charola todos los ingredientes, y era tal su prisa, que fue a tropezar exactamente frente a la cazuela, donde unos suculentos guajolotes estaban ya casi terminados. 
 
En este mismo lugar fueron a parar los chiles, trozos de chocolate y las más variadas especias, echando a perder la comida que debía ofrecerse al Virrey. 
 
Fray Pascual estaba tan angustiado, que comenzó a orar con toda su fe, justamente cuando le avisaban que los comensales estaban listos y sentados a la mesa. 

 
 
Tiempo después, él mismo no pudo creer cuando todo el mundo elogió el accidentado platillo.
Incluso hoy, en los pequeños pueblos, las amas de casa apuradas invocan la ayuda del fraile recitando el siguiente verso: "San Pascual Bailón, atiza mi fogón".

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